A lo largo de la historia en México los padres habían ejercido una figura mayoritariamente autoritaria y jugado el rol de proveedor de la familia. Sin embargo, en los últimos años, este rol ha cambiado y dado un giro importante gracias a la lucha de múltiples movimientos sociales junto con las dinámicas familiares y las condiciones económicas. Esto ha favorecido que los hombres participen y se involucren más en las actividades domésticas y familiares.
Entre los desafíos actuales, podemos encontrar.
- Equilibrio Trabajo – Familia
Uno de los grandes retos para los hombres es poder encontrar un equilibrio entre las largas jornadas laborales, los largos trayectos entre el trabajo y la casa, deja cortos periodos de tiempo para poder tener tiempo de calidad con la familia, y el que se tiene, a menudo, los hombres se encuentran cansados o estresados para tener calidad en sus relaciones familiares.
- Los estereotipos y el deber ser que aún abunda en muchas familias, genera hombres que tienen dificultades para expresar sus sentimientos o emociones, problemas en expresar una masculinidad sana por querer encajar en los estereotipos tradicionales alejados de la crianza o las tareas domésticas.
- Educación.
A diferencia de las mujeres, a menudo los hombres encuentran más obstáculos y dificultades para tener acceso a la educación después de ser padres, acceder a redes de apoyo o apoyos para los hijos y ellos con los temas de crianza.
- Cambio en las estructuras familiares.
En las últimas décadas ha aumentado el número de familias monoparentales, familias con padres del mismo sexo y familias reconstituidas, cada una implica un reto único para los padres, al tener que adaptarse a condiciones únicas y fuera de los estereotipos antes mencionados.
- Salud y apoyo emocional
En México, aún existen tabúes respecto a la salud mental o expresar las emociones cuando se trata de hombres, tener que mediar entre los roles tradicionales y la cultura moderna puede desencadenar mucho estrés en ellos al tratar de asumir uno u otro rol, además de llegar en casos extremos a la posibilidad de desarrollar enfermedades o trastornos como la ansiedad o la depresión.
- Tecnología y crianza
Igual que las mujeres, los hombres que ejercen su paternidad deben mantener a salvo a sus hijos y para ello deben hacer uso responsable de la tecnología, pero también deben estar actualizados en cuánto a las novedades y los avances, al tiempo de gestionar el tiempo que pasan frente a las pantallas y el contenido de lo que ven tanto padres como lo que les permiten ver a sus hijos.
Debido a estos retos es indispensable continuar con los movimientos sociales que favorecen los derechos de los hombres para ejercer su paternidad de manera equitativa con las mujeres que son madres, esto puede lograrse a través de:
- Favorecer políticas flexibles en el trabajo, comenzando por reducir las extensas jornadas, favorecer el trabajo remoto, a distancia y home office y los permisos para participar en las actividades de los hijos como académicas y de salud.
- Ofrecer programas educativos y recursos centrados en la paternidad para dotar a los hombres de herramientas personales para participar activamente en la crianza de los hijos.
- Favorecer e impulsar redes de apoyo e inclusión en grupos de apoyo, talleres, actividades comunitarias diseñadas para reducir el aislamiento; asi como la promoción de la salud mental y emocional, servicios de atención al hombre y su salud, romper estereotipos dañinos y estigmas sobre el deber ser, el rol o la imagen que deben mostrar los hombres, para favorecer la autenticidad, el bienestar y calidad de vida, además favorecer centros y sitios de atención que brinden estrategias y herramientas para manejar el estrés, la ansiedad y el cansancio de manera efectiva.
- Promover la igualdad de género para seguir favoreciendo la equidad y el equilibrio entre hombres y mujeres cuando de la familia se trata y sus derechos para con sus hijos.
Estos son solo algunos de los retos y las estrategias que pueden ayudar a mejorar el rol de los hombres como padres de familia y su inclusión en la sociedad sin estereotipos, sin etiquetas, con mayor libertad, con más derechos, apoyando a su crecimiento personal, profesional y como padres. Falta mucho por hacer desde el micro hasta el macrosistema, es decir desde lo personal e individual, hasta lo social, cultural y gubernamental. Con apoyo de políticas pueden los hombres ejercer su paternidad de manera más participativa, colaborativa y de manera plena y equilibrada con las demás áreas de la vida.