La violencia es un fenómeno que por décadas se ha normalizado en nuestra sociedad y a nivel mundial; en la actualidad se han realizado esfuerzos por cambiar la perspectiva, por dar voz, credibilidad y protección a quiénes han sido víctimas de maltrato o violencia en cualquier grado, así como generar políticas que otorguen justicia a quiénes cometen este tipo de acciones que pueden derivar en delito e incluso crimen, pero también para generar conciencia y una cultura de la prevención tanto en hombres como mujeres que pueden ser víctimas o victimarios al estar en una relación.
La violencia puede ejercerse en entornos familiares, escolares, laborales, sociales, aunque el más comúnmente tratado sea en el ámbito de las relaciones de pareja, desde el noviazgo, hasta el matrimonio.
Este fenómeno ha sido estudiado desde hace siglos por filósofos, historiadores, sociólogos, psicólogos, abogados, entre otros, llegando a conclusiones similares, la violencia es el uso inadecuado del poder que ejercen unas personas sobre otras con la posibilidad de causar daño de diversos tipos:
- Física. Forma más evidente de su existencia. Puede ir desde jalones de cabello, aventar objetos a la persona, hasta castigos corporales, privación de la libertad, inmovilización, mutilación, privación de la vida.
- Psicológica. Al contrario de la física, es quizá la más difícil de detectar y visibilizar; puede ocasionar graves daños a nivel emocional y en toda la psique de la persona que lo sufre. La forma más común es a través de las palabras intencionales hacia la persona. No siempre es evidente o directa, pero es a través del tiempo y la permanencia de éstas que resulta en serias agresiones y un grave daño a la psique de la persona.
- Sexual. Con una alta tendencia hacia las mujeres, abarca desde comentarios, insinuaciones hasta acciones sexuales forzadas través de la fuerza física, psíquica, moral, amenazas, que vulneran en exceso a la víctima.
