ALIMENTACIÓN Y SUEÑO

Alimentos que ayudan a dormir bien.

Una alimentación saludable es de mucha importancia para la salud, ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades y además favorece al sueño y buen descanso. 

Las frutas aportan mucho al cuerpo: vitaminas, minerales, fibra, entre otros. Algunas de ellas también aportan a mejorar el sueño; tal es el caso de la piña. La piña además de ser rica en vitaminas y minerales contiene compuestos que estimulan la producción de serotonina, entre los que destaca el triptófano. Este compuesto actúa como sedante natural y ayuda a la relajación. 

Otras frutas que contienen triptófano y brindan esta sensación de relajación en el cuerpo son el plátano, las cerezas, las fresas y el kiwi. Todas estas además de contener triptófano, tienen melatonina; esta hormona regula el reloj biológico, lo que ayuda a conciliar el sueño. 

Existen otros alimentos que benefician al sueño fuera de las frutas. Comer avena un par de horas antes de dormir estimula la producción de melatonina, lo que ayuda a relajar el cuerpo y conciliar el sueño. Las almendras, las nueces, el tomate y las legumbres contienen altos niveles de magnesio, melatonina y triptófano; por lo que son de gran ayuda para una buena calidad del sueño. 

El calcio y magnesio que contienen los lácteos como queso y yogurt son imprescindibles para que el cuerpo sintetice la melatonina y serotonina, por lo que ayuda al cuerpo a dormir. Un lácteo muy conocido que ayuda a conciliar el sueño es la leche de vaca pues contiene calcio, magnesio, triptófano, vitamina B6, entre otras sustancias. La leche caliente tiene mayor efecto que la leche a temperatura ambiente o fría pues aumenta la temperatura del cuerpo. Esto hace que el cuerpo busque regresar a su temperatura ideal y ese esfuerzo es lo que ayuda a dormir mejor. 

La vitamina D que aporta el huevo, las vitaminas del grupo B que aportan la carne de aves y los ácidos grasos que aportan los pescados azules como el atún son alimentos que ayudan a mejorar el comienzo, la duración y la eficiencia del sueño. 

Otro factor importante para dormir mejor es mantenerse hidratado para regularizar el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento. El proceso de digestión y el sueño no son cosas que vayan de la mano, por lo que es importante no comer pesado antes de dormir. Por el otro lado, tampoco es bueno comer muy ligero antes de dormir pues el hambre puede interferir en el sueño y provocar noches de sueño interrumpido; es importante encontrar el equilibrio.

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