Con la disminución de las temperaturas, el frío se convierte en el centro de la atención de muchas personas, entre ellas, algunos científicos que se han dedicado a estudiar la influencia existente entre las bajas temperaturas y su respuesta en las personas.
Entre los resultados encontrados hay evidencias de que el frío mejora la calidad del sueño, debido a que cuando la temperatura baja, el cerebro se prepara para entrar a la fase de sueño y vigilia, generando un sueño más placentero y profundo.
Por otra parte, el frío de la temporada invernal genera un impacto emocional que puede llegar a evolucionar en un trastorno emocional estacional, relacionado con la depresión y que por ende necesita de atención, cuidado y seguimiento. Además de la relación existente con el frío, también se relaciona con la mayor duración de las noches y la oscuridad.
Además, estar expuesto a las bajas temperaturas, puede generar serios problemas de estrés y ansiedad, por lo que se recomienda atender nuestra salud, buscar buenos especialistas que nos ayuden a superar estas situaciones.
Recuerda que es importante atender todas nuestras sensaciones y las señales de nuestro cuerpo, así como los cambios que experimentamos para poder conocernos mejor y recibir la atención que podamos necesitar.
En SinDepre queremos ayudarte.