La Salud Mental es un tema del que se habla con frecuencia en la actualidad, sin embargo, con frecuencia se tienen creencias erróneas e información falsa al respecto, por lo cual hoy te compartimos un poco de información útil para entender este concepto, que además te ayuda a conocerte mejor, reconocer tus capacidades y donde tienes áreas de crecimiento para conocerte mejor y mejorar tu calidad de vida.
La Salud Mental es el estado de bienestar mediante el cual las personas pueden reconocer sus cualidades, habilidades y aquellas herramientas que les ayudan a hacer frente a las situaciones de la vida cotidiana.
No se trata solo de la ausencia de enfermedad; como la OMS lo señala, implica el bienestar subjetivo, la autonomía, competencia, pertenencia y reconocimiento de la capacidad intelectual y emocional.
La salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social; además de influir en la manera de pensar, sentirnos, actuar y tomar decisiones; ayuda a gestionar el estrés y nuestras relaciones interpersonales, y es importante en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta a vejez.
A lo largo de estas etapas, si se presenta algún problema de salud mental, el pensamiento, estado de ánimo y la forma de actuar o dirigirnos pueden verse afectada.
Existen factores que contribuyen a afectar la salud mental, llevándola a poder desarrollar diversas afecciones, como:
- Factores biológicos. Genética o química cerebral.
- Experiencias de vida. Traumas, abuso, violencia.
- Historia familiar. Antecedentes patológicos de salud mental
Algunas señales que puedes observar y pueden ser señales de algún problema son:
- Comer o dormir en exceso o muy poco.
- Alejarse de actividades y personas habituales
- Sentirse con poca o nada de energía
- Aplanamiento emocional (sensación de no sentir o sentir que nada importa)
- Tener dolores o malestares inexplicables; tener desesperanza o sentirse indefenso
- Consumir sustancias psicoactivas o drogas o aumentar su consumo
- Sensación de confusión, olvido, nervios, enojo, irritabilidad, preocupación o temor.
- Pelear con familia o amigos
- Presentar cambios de ánimo importantes que generan conflictos en su entorno.
- Rumiaciones (pensamientos o recuerdos persistentes que no desaparecen)
- Escuchar voces o crear falsas explicaciones.
- Tener pensamientos lesivos o autolesivos.
- No poder realizar actividades que realizaba continuamente como cuidar de la familia, hijos, ir al trabajo o la escuela.