La vida es un proceso de cambios constantes, y desde la psicología, cada etapa del desarrollo tiene desafíos y aprendizajes:
Infancia: Descubrimiento y apego. Aquí se construyen las bases emocionales.

Adolescencia: Identidad y autonomía. Se desarrolla la independencia emocional y social.

Adultez temprana: Relaciones y proyectos. Se explora el propósito de vida.

Adultez media: Reflexión y consolidación. Se buscan estabilidad y satisfacción personal.

Vejez: Trascendencia y legado. Se aprende a aceptar el pasado y valorar lo vivido.

Cada fase tiene su propio valor, y entenderlo nos ayuda a vivir con mayor aceptación y plenitud.